La medicina china es un sistema milenario que busca armonizar la energía vital, conocida como "Qi", para mantener la salud y tratar enfermedades.

Dentro de sus técnicas terapéuticas se encuentran la acupuntura, que utiliza agujas para estimular puntos específicos y restaurar el equilibrio energético; las ventosas, que aplican succión en la piel para mejorar la circulación y aliviar dolencias; y la auriculoterapia, que se centra en estimular puntos en el pabellón auricular para influir en diferentes funciones corporales.
 

El enfoque holístico de esta disciplina busca no solo tratar síntomas, sino también abordar las causas subyacentes de las enfermedades, promoviendo así un equilibrio integral que favorece la salud y el bienestar general del individuo.